Triangulación: Factor Ambiental

Ayahuasca como un fenómeno tríptico:
El Factor Ambiental

El factor ambiental se refiere a los factores externos al individuo y capaces de influir en la experiencia: el lugar donde la infusión es servida; la atmósfera desde el punto de vista cultural, espiritual y emocional; como el individuo está siendo atendido; la canti-dad de personas envueltas; el tipo de lide-razgo aplicada en la experiencia son algu-nos de los factores a considerar.

Normalmente el individuo se vuelve bastante impresionable cuando sufre los efectos de sustancias como la Ayahuasca, estado derivado de la magnificación perceptiva ya mencionada. Ese efecto acoplado con el aumento de la perspicacia, ca-pacidad metafórica y habilidad en generar psico-asociaciones creativas, alimen-ta el lado noético y lo imaginario de la experiencia.

Es obvio que esa “impresionabilidad” no significa que el ayahuesquero es más fácilmente susceptible de influencia que el hombre común o que los fieles de las religiones de masas por ejemplo. El grado de crueldad, ingenuidad, o entonces de credulidad (ver nota) de un individuo reflexiona opciones cognitivas, filo-sóficas, así como trazos de personalidad profundos y estables, incluso inheren-tes, que no serán transbordados por la “fuerza e influencia”de la infusión. Al contrario, son justamente esos contenidos profundos del individuo – incluso ten-dencias básicas como la credulidad – que determinan la manera de significar la experiencia.

El tipo de calidad del sistema de creencias, de la visión, pertinente al ámbito social en el cual la experiencia ocurrirá así como el tipo de liderazgo y dinámica de los trabajos, son factores esenciales, capaces de influir en gran parte la armonía y tranquilidad de la experiencia; poseer una buena descripción del ámbito en el cual se ira a comulgar la poción es un factor importante. Un liderazgo que no intervenga mucho y tranquila favorece el acceso y estudio de los contenidos personales, el examen es integración de su propia trayectoria, el encuentro de caminos y conceptos propios.

Un formador precisa ser paciente, afectivo, familiarizado con los procesos de la experiencia: él puede ser muy efectivo sabiendo reflejar los puntos esenciales, hacer preguntas, observaciones aparentemente casuales. Cantos, músicas, actitudes e incluso orientaciones directas bien dosificadas, pueden ser importan-tes para facilitar una experiencia suave y rica.

El ayahuesquero descubrirá que dividiendo posibles dificultades con compañeros receptivos y comprensivas podrá generar claridad y confort. Finalmente, y en la mayoría de las veces, la mejor guía es nuestra propia conciencia y ese proceso interno no debe ser interferido a no ser que sea solicitado.

Rituales inspiradores, universales y holisticos, ambientes naturales, actividades espontáneas y creativas, permiten el enfoque de la atención para regiones psíquicas interesantes.

Los propios contenidos, junto con la configuración del ambiente, la calidad de la infusión, la propia intención y la del grupo, configuran un proceso singular, una “gestalt”, un “ser mayor”, el propio yo trans-personal de la experiencia. Reco-nocer y tener certeza de estar en sintonía y armonía con ese “ser mayor” generado por el evento es la llave de una experiencia de grupo bien sucedida.

(Nota) Credulidad: actitud o doctrina según la cual el hombre no puede llegar a cualquier conocimiento indudable, sea en los dominios de las verdades de orden general. Sea en la de algún determinado dominio de conocimiento.

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