Visiones típicas: la Serpiente

AYAHUASCA Y SU FENOMENOLOGÍA
Visiones típicas: la manifestación de la serpiente

La manifestación de la serpiente es común en el imagi-nario, ella está presente universalmente en todos los estados visionarios, del sueño de los niños a las visio-nes místicas de los ascetas y buscadores.

Para los aztecas la serpiente que muerde el propio rabo era símbolo de eternidad, esto quiere decir, el tiempo circular que siempre vuelve sobre si mismo, eternamente comenzando, creando y destruyendo. En Egipto como talismán, era portador de longevidad, salud y vitalidad; la serpiente Ureus, aparecía en las co-
ronas de los faraones, como una personificación de Rá, el Sol, y simbolizaba poder divino, sabiduría y energía. En el hinduismo, la serpiente es conocida como Anan-ta y también representa el infinito, símbolo de la eternidad de los ciclos.

Ella es una señal absoluta de la vida, de inmortalidad, de cura (símbolo de Es-culapio el curandero, hijo de Apolo). Ella representa el inicio de la vida, la fuer-za ancestral, la expresión más primaria, el comienzo de todos los dibujos, la propia morfosis, la creatividad; es el símbolo de las diosas, de la diosa natura-leza gran mano creadora. Es el símbolo de la Chacruna.

La serpiente significa flexibilidad y transmutación; es la reserva cósmica de todas las potencias y latencias. Por eso la serpiente es también una señal de fertilidad, fecundidad y prosperidad así como de sabiduría y conocimiento.

Por ser simple y en esa simplicidad ser el inicio de todas las formas, ella simboliza la esencia de las formas, su unicidad prístina. Por ser apenas una línea pero tener en el interior de si una lengua bífida, ella representa, en un sentido más profundo y sagrado, la resolución de la polaridad en unidad, como el símbolo del Tao; en el México antiguo es el símbolo de los gemelos univiteli-nos.

En nuestra experiencia, la visión de la serpiente, símbolo de la medicina (prin-cipalmente dentro de una experiencia en la cual también se perciben mándalas o formas geométricas multicolores), indica con frecuencia la fertilización de un proceso de cambio y de cura, la resolución de un conflicto, la adquisición de un carácter, de una virtud o facultad, la realización de una intuición, el nacimiento de una visión, de una comprensión o el surgimiento de una opción.

Uno de nuestros afiliados sufría de mucha ansiedad. Era usuario de Ayahuasca desde hacía más de un año, la experiencia amplifi-caba su ansiedad al limite de esta volverse un sufrimiento intenso, un miedo de morir o de perder la razón. Con el paso de los me-ses y decenas de experiencias el estado va-riaba en intensidad pero no se resolvía a pesar de las dietas, suspensión del café, uso de Pyper Metisticum, técnicas de relajación,
músicas adecuadas a la inducción directa en el sentido de tranquilizar; la ansiedad permanecía como un telón de fondo in-quietante en el tejido de las emociones.

En su segunda ceremonia en el seno de nuestra sociedad, resolvimos, a través del uso de una metáfora expresada en la forma de un canto suave, inducir a una disociación en la cual se visitaba el centro de una floresta y se encontraba un espejo de agua, una fuente de cura donde cada uno tendía acceso, con con-fianza y seguridad, a una visión clara y reveladora de si mismo. El sujeto perci-bió una espiral, una mándala colorida, como un torbellino queriendo aspirar su mente. Inicialmente resistió, pero finalmente se entregó y se dejo llevar. Para su sorpresa la espiral en realidad no aspiraba sino esparcía, irradiando su con-ciencia por primera vez en muchos años, vio en el azul de un cielo imaginario una serpiente enorme que vomitaba universos y niños felices. Por fin, en la boca abierta de la serpiente vio el rostro sonriente de un bebe dorado.

Después de esa experiencia, y hasta hoy, él dejó de sufrir de ansiedad, no se quejó más dispneia y angustia, consigue mantener la tranquilidad incluso en situaciones de estrés. Sus experiencias han sido serenas y tranquilas.

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