EXPERIENCIA MÍSTICA
La Esencia
La Unidad, el uno, es la experiencia central, el concepto central, de todas las formas de misticismo, aunque eso pueda ser enfatizado en mayor o menor gra-do y entendido de diversas maneras, o incluso no ser explícitamente mencionado. La unidad es percibida,
o directamente aprehendida. Quiere decir, la unidad pertenece a la experiencia y no tan sólo a la interpretación, en la medidas en que es posible hacer tal distinción. Stace, W.T. en “Mysticism and Philosophy”.
Lo esencial mismo, como afirma Stace, es la vivencia de la unidad. Explicando un poco mejor, la vivencia de la unión mística presupone la ruptura de la dicotomía sujeto / objeto. Esa ruptura es el color, la marca, la esencia de la experiencia.
Percibir que existe un campo unificado, una unión entre un pájaro y su ambiente, es apenas una percepción e comprensión ecológica, mientras que transpor los límites habituales del “yo”, de si mismo, sentirse disuelto en el contexto mayor, es una experiencia mística.
Esa vivencia de unidad, la unión mística, resulta de una resolución trascenden-tal de las polaridades en unidad. Ocurre de hecho una resolución en cadena de las múltiples polarizaciones de la percepción. El gatillo para que esa resolución se complete podrá ser cualquier estimulo, como “salir de un lugar oscuro para uno claro” por la sorpresa de sentirse despertar en el infinito del día cósmico, o entonces “ver una moneda (dos lados) girando y formando una esfera brillando en la luz del sol (una unidad)” y después absorbiéndose y disolviendo en la esfe-ra universal. La creatividad, flexibilidad y conectividad (capacidad de hacer conexiones y asociaciones) son el terreno más fértil para que ocurran experien-cias de ese tipo.