AYAHUASCA Y SU FENOMENOLOGÍA
Visiones típicas: la manifestación del Puma
Las circunvoluciones aparentes del sol se correlacionan a los ciclos evolutivos de la conciencia de los humanos; el Cóndor (o el águila) es la metáfora viva del sol diurno y del cielo; el Puma es en lo imaginario de los indígenas el “sol de la noche” y de la tierra. Después de ponerse, l sol penetra en los misterios de la noche y de la tierra en la forma de un Puma. Como traductor terreno de fuerza solar él se asocia al fuego y a las fuerzas de los volcanes como el cóndor y el águila a la fuerza de los truenos. El Puma clarea las cavernas y los abismos, ilumina los caminos de las florestas, de los valles y montañas.
Oír su rugido, tener la visión del Puma, señaliza el adviento del coraje y de la fuerza pero también anuncia los desafíos espirituales; las luchas secretas a ocurrir en el interior de los corazones; es el poder de transformación, la fuerza del Mariri.
Fuente universal de fuerza y energía, confiado en su poder y visión nocturna, intuición y talento superior, en la fuerza de su ligazón solar, des-temido y feroz, el puma vitaliza el mundo secreto de las cavernas sin escoger, despertando y vitalizando también las fuerzas del ego.
Encuentrar nuevos caminos, descubrir los padrones, moviéndose en la noche con seguridad y sin miedo, son atributos del Puma. Victoriosa, la fuerza del sol trae la confianza, la ponderación, la libertad, la determinación y la intuición.