CONFEN/CONAD
Vamos alabanza:
Las más importantes de las reglas del gobierno son relativas a la acción. ¿Cuándo, cómo y en qué limites se debe actuar? La respuesta a esa interrogación constituye enteramente el arte de la política. Dr. Gustave Le Bon – La psychologie politique.
Gracias a un nivel superior de creatividad, tal vez forjada en el enfrentamiento de las dificultades en afirmarse como una gran nación en un mundo de rivalidad, el gobierno Brasileño, en una actitud impar y pionera, histórica, re-solvió investigar y sondear la realidad, así co-mo las consecuencias sociales de una prohibición o autorización antes de actuar y legislar a
favor de la autorización. Hoy no me canso de loar la decisión, junto con un sin número de intelectuales e investigadores re-partidos por los cinco continentes.
De hecho tenemos certeza que una prohibición sólo habría servido para lanzar en la ilegalidad a millares de personas productivas y de bien; habría engrosado la lista de aquellos que aguardando oportunidades de hacerse ricos al margen de la ley; habría diseminado aún más la utilización de lo que se quería prohibir. Una prohibición crearía una serie de nuevos crímenes a sobrecargar a los ma-gistrados ya demasiado atareados; abriría nuevos espacios y oportunidades para la corrupción. La sabiduría Taoísta enseña que los movimiento sociales prohibidos tienden a hacerse más fuertes a medida que el tiempo pasa – persi-guiendo personas no cambian necesariamente sus opiniones – que los exiliados del pasado tienden históricamente a volverse gobierno. Una prohibición liviana abriría espacio para la divulgación del “fármaco Aya-huasca”, una mezcla de los componentes sintéticos de la sustancia: reforzaría la investigación ilegal y potencialmente peligrosa, generaría un tráfico.
Por otro lado es ciertamente posible que un agente psico-activo, hoy comproba-damente inofensivo a la salud, una medicina como la Ayahuasca, tenga una función importante en la sobre vida y evolución de nuestra civilización y espe-cie.
Nuestra continuidad en el escenario de la vida depende mucho de nuestro talen-to en saber recibir al otro como hermano, en reconocer que somos todos pa-rientes; correlacionados en la misma experiencia de vida. La Ayahuasca es una medicina, un remedio practico y efectivo que enseña a reconocer que somos un solo fenómeno, una unicidad. Ella es un movimiento sagrado de unión y de paz.
Esa medicina antes ya desconsiderada por las fuerzas de la inquisición medieval junto con todos los indígenas es hoy oficialmente autorizada y podrá venir a ser el remedio que precisamos para colocar en el lugar el homo-sapiens de hecho. Un hombre capaz de entender la política, la economía y la ciencia como activi-dades sagradas.